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Descubre el alma de Cerámica M.G. Arroyo S.L. a través de nuestro proceso de fabricación artesanal. Desde la selección de la mejor arcilla hasta el último toque de pintura, te invitamos a explorar cada etapa donde la tradición se encuentra con la innovación.
🏺 Primera fase: Preparación de la cerámica
En esta etapa se realiza la preparación del barro o pasta cerámica, base fundamental de todo el proceso artesanal. El material se amasa cuidadosamente hasta lograr una textura homogénea y libre de impurezas, garantizando su maleabilidad y resistencia.
Una vez lista la mezcla, el artesano la coloca en el torno o en moldes específicos, dando forma inicial a la pieza. Esta fase requiere precisión, destreza manual y conocimiento del material, ya que de una buena preparación depende la calidad y durabilidad del producto final.
⚙️ Segunda fase: Modelado en torno o prensas automáticas
En esta etapa, la arcilla preparada se transforma en la forma deseada mediante técnicas de modelado.
Cuando se utiliza el torno, el artesano moldea manualmente la pieza, aplicando habilidad, precisión y experiencia para dar forma equilibrada y uniforme al material. Este método resalta el carácter artesanal y único de cada creación.
Por otro lado, cuando el proceso se realiza con prensas automáticas, se emplean moldes que permiten obtener piezas con medidas exactas y producción más constante, manteniendo siempre el control de calidad y la fidelidad al diseño original.
En ambos casos, el modelado es una fase crucial, ya que define la estructura, el espesor y la identidad estética de cada pieza cerámica
🔥 Tercera fase: Limpieza de las piezas e introducción en el horno
Una vez modeladas, las piezas se dejan secar parcialmente para adquirir la consistencia necesaria antes de la cocción. En este punto, se realiza una limpieza minuciosa que consiste en eliminar imperfecciones, rebabas o restos de material con esponjas y herramientas finas. Este paso garantiza una superficie lisa y uniforme, esencial para lograr un acabado de calidad.
Tras la limpieza, las piezas se colocan cuidadosamente en el horno, asegurando una correcta distribución del calor y evitando el contacto entre ellas. La cocción inicial, conocida como bizcochado, se realiza a temperaturas controladas que pueden superar los 900 °C, eliminando toda la humedad y dotando a la cerámica de su resistencia y estructura definitiva.
Esta fase marca un punto clave en el proceso, donde el trabajo manual y el control técnico se combinan para dar forma duradera y estable a cada pieza.
🎨 Cuarta fase: Esmaltado y segunda cocción
Después del bizcochado, las piezas cerámicas se someten al proceso de esmaltado, que consiste en aplicar una capa de esmalte líquido o en polvo sobre su superficie. Este recubrimiento no solo aporta color, brillo y textura, sino que también actúa como protección impermeable, aumentando la durabilidad y resistencia de la pieza.
El esmaltado puede realizarse mediante diferentes técnicas —inmersión, pulverización o pincelado—, según el tipo de acabado que se desee obtener. Una vez aplicado el esmalte, las piezas se dejan secar completamente antes de pasar a la segunda cocción, también conocida como cocción de gres o vitrificación.
Durante esta cocción, que se realiza a temperaturas más altas (entre 1000 °C y 1300 °C, según el tipo de cerámica), el esmalte se funde y se adhiere firmemente al cuerpo de la pieza, creando una superficie brillante, resistente y estética.
Esta fase final combina el arte y la técnica, dando como resultado productos cerámicos de alta calidad, belleza y durabilidad.
✨Quinta fase: Acabado y control de calidad
Este paso consiste en revisar y perfeccionar las piezas después de la cocción y el esmaltado para asegurarse de que sean funcionales y estéticamente correctas.
- Inspección: se examinan las piezas para detectar grietas, burbujas, deformaciones o imperfecciones en el esmalte.
- Empaque: las piezas terminadas se preparan para almacenamiento o venta.
Resultado: Las piezas cerámicas quedan listas, seguras y presentables para su uso o exposición.
